Los excesos alimentarios durante las celebraciones navideñas pueden poner en peligro la salud de las personas, en especial la de aquellas que sufren enfermedades crónicas que requieren cuidados dietarios: hipertensión, diabetes o enfermedades coronarias, por ejemplo.
Si padeces una de estas condiciones y para evitar las crisis relacionadas con una dieta inadecuada en esta temporada festiva te recomendamos:
- Una dieta variada, apetecible y ceñida a los criterios médicos.
- Es mejor comer varias veces a lo largo del día en poca cantidad para digerir mejor los alimentos. Lo mejor es tomar cinco comidas en horarios lo más regulares posible: el desayuno, las medias nueves, el almuerzo a media mañana, las onces y la cena.
- Cuidar la hidratación y beber aunque no haya sensación de sed, porque cuando aparece es un signo de deshidratación. Hay que beber un mínimo de dos litros de líquido al día, aunque además de agua se pueden tomar zumos naturales, infusiones, leche y caldos.
- Reducir al máximo la ingesta de sal y tomar azúcar con moderación, siempre que no sufra alguna patología que contrindique su consumo.
- Durante las celebraciones recordar que no se deben consumir más de una o dos copas de vino, y que los menús deben adaptarse a sus necesidades personales.
- Comer acompañado cuando sea posible.