Trabaje sin pelear
Llegar de mal genio a la oficina por que el tráfico estuvo peor de lo habitual, se tuvo un contratiempo antes de salir de la casa o, simplemente, porque se tiene pereza es normal uno que otro día. Pero mantener el ceño fruncido de 8 de la mañana a 5 de la tarde de lunes a viernes, estar siempre malhumorado y ser considerado el ogro de la empresa más que anormal es terrible.
Lo cierto es que estos huraños personajes existen prácticamente en todas las oficinas. A veces son hombres, otras mujeres; a veces es el jefe, otras el mensajero; a veces el más antiguo de la empresa y otras el que acaba de ingresar.
Según un estudio de la facultad de administración de la Universidad Pace, de Nueva York, uno de cuatro trabajadores puede estar crónicamente molesto en el trabajo. Así mismo, una encuesta de la firma Gallup hecha en encontró que dos de seis empleados, un buen día abrieron fuego en sus sitios de trabajo, para terminar de manifestar su enojo permanente. y aunque por fortuna no en todas las ocasiones se llega a esos extremos, es una realidad que personas con esa actitud se hacen sentir, afectan las buenas relaciones en la oficina y perjudican la productividad y la moral.
Entre nosotros estos personajes son fáciles de ubicar. Generalmente están sentados en su puesto de trabajo (pues no tienen muchos amigos con quien tomarse un tinto o perder un poco de tiempo), pocos les conocen los dientes (nunca sonríen), cuando se celebra un cumpleaños o una despedida en horas de oficina nunca están presentes y las pocas veces que hablan lo hacen para quejarse del sueldo, del jefe y, por supuesto, de los compañeros.
Los malhumorados representan un riesgo permanente para las empresas pues son personas que en cualquier momento pueden explotar, manifestar su ira y enfrentarse con los jefes o los compañeros. Por eso sugieren algunas técnicas que permitan a los empleados tradicionales (esos que usualmente están de buen genio y solo a veces se les alborota el mal genio) convivir con los que siempre viven amargados y peleando.
3 Consejos
Las conclusiones fueron sacadas después de entrevistar a personas que habitualmente trabajan con jefes o subalternos de mal humor, y que por su experiencia pueden orientar a otros.
Según ellos lo primero que se debe hacer es confrontarlos, aunque el primer instinto de cualquier persona normal sea retirarse cuando surge una situación tensa y alguien pierde el control.
“El problema al ignorar un escenario así es que se envía un mensaje de aceptación”, dice Debra Glaser, psicóloga del Departamento de Policía de Los Angeles, quien ayuda a entrenar a oficiales para lidiar con individuos hostiles es mejor enfrentarlas y hacer que las personas dialoguen y lleguen a un acuerdo. También se recomienda no discutir con alguien que esté enojado. “si la otra persona grita, usted hable más suavemente”, recomienda.
El segundo consejo es contenerse. No olviden que la ira es contagiosa y si surge un conflicto es posible que se levanten los ánimos de todos y la gente tienda a tomar partido. Lo más sabio es llevar a los empleados coléricos fuera de la vista y del oído de sus compañeros de trabajo. Así es posible permanecer bajo control y seguir siendo imparcial.
La última recomendación habla de conectar. “Una vez se calmen, hábleles de forma directa: ¿cómo quieren que se resuelva esto?, es una de las preguntas que se les debe hacer para llegar a las razones reales de un arranque de ira”, explica Nina Meierding, profesora de solución de conflictos en Universidades de California y Dallas.
Maneje su ira
La ira de los demás no es la única que debe preocupar. Aprenda a controlar la suya siguiendo estos pasos que recomienda Ron Potter-Efron, experto en manejo del enojo. La próxima vez que sienta que esta a punto de perder el control, intente esto:
- Cuando se está enojado se corre el riesgo de reaccionar impulsivamente. Para evitar decir algo de lo que pueda arrepentirse, tome tiempo para calmarse.
- Evite el conflicto cara a cara, especialmente en frente de colegas. Si alguien lo agrede durante una reunión, ponga distancia entre ustedes en vez de ponerse a la defensiva. Dígale que preferiría discutirlo después.
- Escriba una lista para el manejo de la ira. anote seis cosas que necesite hacer cuando sienta caliente el cuello. por ejemplo: respirar, desacelerarse, no correr, escuchar a la otra persona, no gritar y aguantarse las malas palabras.