Introduccion:
Que esta Navidad sea motivo de celebración, superación personal y muchas alegrías compartidas.
Debemos empezar por modificar nuestros pensamientos y acciones, son los únicos responsables de nuestros sentimientos.
La Navidad es una época de celebraciones, unión familiar, regalos, descanso y colorido, sin embargo, estas expresiones que para muchos sólo significan alegría, para otros se convierten en sinónimo de tristeza. Las siguientes suelen ser las principales causas que generan sentimientos melancólicos durante esta época del año:
Proyectos inconclusos
Al finalizar el año solemos hacer balances de los logros obtenidos durante los meses anteriores, cuyos resultados pueden ser motivo de alegría o tristeza, pues cuando no se alcanzan las metas trazadas suelen aparecer sentimientos de frustración e impotencia. En este caso, es importante no abandonar los proyectos ni dejarse consumir por el desánimo, sino aprovechar el fin de este período para realizar una reestructuración en la planeación y evidenciar cuáles fueron aquellos factores que no permitieron alcanzar lo que se pensaba, ideando un mejor plan de acción para que el próximo año los resultados sean satisfactorios.
Soledad
La necesidad de sentirse acompañado y querido aumenta en la Navidad, lo que hace que aquéllos que se encuentran lejos de sus familias porque viven en otra ciudad o porque han tenido discusiones que los mantienen alejados, se sientan especialmente tristes. En el primer caso, es conveniente no caer en la melancolía y mantener contacto permanente con los seres queridos, un aspecto que ahora es mucho más fácil con ayuda de la tecnología, programando visitas o encuentros físicos cada vez que sea posible.
Si el motivo de la lejanía familiar son las discusiones o malos entendidos, esta es una excelente oportunidad para limar asperezas, dejar el orgullo a un lado y demostrarles lo importantes que son en nuestra vida, no tengas miedo de dar el primer paso ni de pedir perdón por los errores del pasado, reconciliarte con los tuyos te dará una gran sensación de alegría. Siempre hay alguien a quien le importamos, ninguna persona está realmente sola.
Falta de recursos
Generalmente la Navidad se asocia con regalos, viajes, fiestas y comidas especiales, sin embargo, el factor económico no debe condicionar la felicidad de las personas, pues la magia que encierra este mes va más allá de las cosas materiales. Si no se dispone de suficiente dinero para satisfacer las anteriores demandas debe disfrutarse con lo que se tenga, pues lo realmente importante durante esta época y todo el año es contar con una mayor riqueza: el amor y apoyo de quienes nos rodean, no hay regalo que supere la alegría de compartir con la familia lo mucho o poco que se tenga. Es posible pasar una Navidad estupenda con los recursos que cada familia posee.
Pérdida de seres queridos
Durante estas fiestas que evocan la integración con familia y amigos, se tiende a recordar mucho más a esas personas cercanas que han fallecido, enfatizando la falta que hacen en nuestra vida y lo mucho que nos gustaría que estuvieran ahí. Este tipo de pérdidas son situaciones que nadie puede cambiar, no obstante, podemos mejorar el sentimiento de nostalgia, enfocándonos sólo en los buenos momentos que pasamos con esos seres queridos, recordándolos con alegría, agradeciendo por ellos y compartiendo con otros familiares.
Para evitar el sentimiento de tristeza que puede provocar la Navidad, debemos empezar por modificar nuestros pensamientos y acciones, son los únicos responsables de nuestros sentimientos. De ti depende ser feliz este y todos los meses del año: perdona, reflexiona y ama.