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Incendios abordaje y control

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Contar con una brigada de emergencias no significa
dejar de necesitar ayuda externa de bomberos o servicios médicos, significa hacer mientras ellos llegan.
 
A diferencia de otros eventos de menor impacto, los incendios producidos en el ámbito laboral tienen el potencial de generar grandes pérdidas tanto humanas como materiales, pues en tan sólo unos segundos tienen la capacidad de acabar con todo a su paso, condición que hace necesario el establecimiento de brigadas de emergencias y métodos de control que eviten su aparición o reduzcan su impacto una vez aparezcan.
 
Los equipos de respuesta contra incendios son un grupo de personas designadas, entrenadas y dotadas para controlar la situación y suprimir sus efectos, buscando minimizar la gravedad del evento. Éstos no son nuevos y de hecho en algunos países responden a un requisito legal exigible, es decir, son solicitados por las leyes vigentes. En Colombia por ejemplo, la legislación determina en varias normas la obligatoriedad que tienen las empresas de establecer  las brigadas de emergencias,  entre ellas se encuentra la Resolución 1016 de 1989, Articulo 11, Numeral 18; que instituye su conformación y organización (selección, capacitación, planes de acción y evacuación; sistema de detección, alarma de comunicación, distribución de mecanismos de inspección fijos o portátiles y señalización).
   
 

 
Otra serie de requerimientos se presentan en las normas internacionales de aplicación, como las emitidas por NFPA, la Asociación Nacional de Protección Contra Incendios de Estados Unidos, las cuales son muy utilizadas en América, incluso, algunos países las han adoptado con fuerza de ley para su territorio. Éstas establecen que como mínimo deben cumplirse las exigencias legales vigentes de cada lugar en el que se aplicará este estándar.
 
La NFPA es reconocida alrededor del mundo como la principal fuente de conocimientos técnicos, datos y consejos sobre la problemática del fuego, la protección y la prevención. Dentro de sus categorías está la NFPA 600, correspondiente a las brigadas industriales contra incendio; NFPA 1620, recomendada para la planeación previa de incidentes; NFPA 1081, para las calificaciones profesionales de los brigadistas, entre otras.
 
Por último y no por ello menos importante, es necesario aclarar que muchas compañías tienen sus propios estándares corporativos, definidos desde su casa central, para su aplicación en cada localización donde desarrollan sus actividades.
 
Un poco de historia
Hace algunos años era común observar en las empresas varios grupos de respuesta, dada la cantidad de personas que trabajaban en las instalaciones. Uno se denominaba brigada de incendio y como su nombre lo indica se dedicaba al combate y extinción del fuego. Otro era  llamado primeros auxilios y se centraba en la atención inicial del accidentado, para controlar su lesión hasta la llegada del servicio médico o de las personas con mayor conocimiento, equipamiento y posibilidades de estabilizar al afectado, hasta poder trasladarlo a un centro de atención. Tiempo después cuando los eventos generados por la naturaleza empezaron a ser considerados con mayor importancia, debido a sus efectos sobre las organizaciones, nació la necesidad de actuar sobre estas contingencias buscando darles un manejo específico que no estaba asignado a ninguno de los dos equipos anteriores.
 
Lo descrito permitía identificar tres tipos de atención diferentes, con requerimientos en dotación y entrenamiento distintos, lo que parecía todo un desafió. Sin embargo, la realidad actual es que la mayoría de compañías han automatizo muchos de sus procesos y operaciones, llevando a una reducción de personal y a la realización de procedimientos más seguros, gracias a los avances tecnológicos en los mecanismos que facilitan las tareas y a  la adopción de mejores elementos de protección.
 
A diferencia del pasado, hoy es común hablar de un solo grupo de brigada de emergencias, el cual está designado para actuar en el control y extinción de incendios; brindar atención inicial al accidentado hasta su traslado a donde pueda ser atendido; actuar en una contingencia con nubes de gas, derrame de líquidos y/o sólidos peligrosos con capacidad de afectar a las personas, los bienes, el aire o la atmósfera vecina; realizar actividades de búsqueda y rescate, sistema comando, evacuación, etc. Se han resumido los tres organismos en uno, un solo equipo encargado de manejar la totalidad de los eventos dañinos identificados.
 
Planificación
Es una estrategia básica para toda empresa prepararse para aquellas cosas que sabe, pueden ocurrir. En la actualidad, la mayoría de organizaciones trabaja conscientemente en el tema de la prevención, contemplando cómo se hacen las tareas, qué herramientas se utilizan y qué aspectos se deben vigilar, lo que en definitiva influye en la ocurrencia y gravedad de los eventos.
 
El proceso de planificación permite mediante el análisis y evaluación de las condiciones existentes, identificar las posibles emergencias que pueden ocurrir en las instalaciones. Los escenarios en los que se desarrollan esas hipótesis ayudan a la formulación de mejores planes y a disponer del personal competente para hacer frente al evento. Las hipótesis identificadas son de suma importancia, pues a través de ellas se podrá definir el tipo de respuesta y por ejemplo en el caso de un incendio, especificar el tipo de acciones a tomar.
 
Cuando se realiza combate en ropa normal de trabajo utilizando extintores portátiles, sin esperar que los brigadistas traten de evitar el humo o el calor, sin utilizar elementos de protección respiratoria o térmica y usando mangueras de agua de bajo caudal, estamos ante una brigada incipiente (NFPA 600).
 
Por otro lado, si el fuego se produce en estructuras cerradas o en proximidad y los encargados de controlarlo utilizan mecanismos autónomos de respiración, trajes de protección térmica, cascos, botas y guantes para bomberos, trabajan con alto caudal y dispositivos específicos para casos particulares, se está ante una brigada estructural (NFPA 600).
 


Características de los miembros

El grupo de brigadistas se conforma con los propios trabajadores de la empresa, es decir, sus integrantes son invitados, convocados y/o designados para incorporarse al equipo. Esto significa que puede consultarse a la totalidad del personal que desea pertenecer, convocar a determinados empleados previamente seleccionados, o escoger a la persona por el cargo que ocupa, esta última opción por lo general es utilizada en aquellas organizaciones que poseen cantidades reducidas de trabajadores.
 
Quienes tengan esta responsabilidad deben cumplir con ciertos requisitos psicofísicos esenciales para poder realizar su labor de manera que no ponga en riesgo su integridad y no afecte a otras personas o bienes. Por ello, será pertinente que un profesional de la salud determine si los aspirantes son aptos o no para las tareas a ejecutar. Para definir la aptitud, es necesario contemplar las posibles acciones a desarrollar, analizando el tipo de instalación, productos que intervienen, materias primas, etc., estos son algunos de los aspectos a considerar:
 
  • Ambientes con elevada humedad y temperatura.
  • Elementos de protección personal especiales.
  • Materiales peligrosos.
  • Levantar y/o arrastrar pesos.
  • Auxiliar a lesionados de distinto tipo.
  • Manejar niveles de estrés altos.
 
Es importante que los trabajadores seleccionados conozcan  los riesgos presentes y cómo llevar una situación fuera de control a un estado de control primario para luego suprimir el evento. Por ello, su composición debe contemplar personas que aporten conocimiento (operativo, eléctrico, mecánico, etc.) para minimizar las diferentes situaciones de fuego que se puedan presentar.
 
Establecer adecuadamente este equipo, es fruto del análisis de las condiciones particulares de la compañía, lo cual demanda un compromiso de toda la organización, dado que no finaliza al designar a los brigadistas, es aquí cuando recién comienza, pues surgen las necesidades de formación al identificar claramente qué se espera de la brigada; el entrenamiento constante es un requerimiento fundamental que no puede obviarse. En este caso, ARL Colpatria contribuye a la capacitación de sus empresas afiliadas a través de organismos del Estado y de socorro a nivel nacional.

 

¿Quién se beneficia?
Muchas empresas suelen preguntarse, ¿Quién se beneficia si contamos con una brigada de emergencias? Muy sencillo: TODOS; el primer beneficiario es quien tiene el problema y recibe la atención de alguien capacitado; la familia de los afectados porque podrán seguir contando con la presencia e integridad de su ser querido; el personal de la compañía, a quienes un adecuado abordaje de la situación les significa la confianza de que si algo sucede sabrán qué hacer y estarán  preparados y finalmente, la organización, dado que cumple con sus políticas de seguridad y salud en el trabajo y evita pérdidas humanas y materiales.

 
Para que la brigada funcione debe contar con una
planificación previa, trabajos en conjunto y simulacros que permitan probar si lo previsto es aplicable y eficiente.

 
Por: Lic. Rubén Alberto Rodríguez
 

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