¿Se "rompe la cabeza" por todo? ¡Cuidado!
Una cosa es ser responsable y otra es desayunar, comer y cenar con las preocupaciones. Le ofrecemos unas claves para poder desconectarse de los problemas cotidianos sin caer en el descuido.
Preocuparse por un problema es positivo cuando le sirve para resolverlo, pero no cuando sólo le aporta angustia. Por el bien de su armonía interna, planifique sus acciones, dosifique sus esfuerzos y... luego desconéctese, antes de que llegue a agobiarse. Con el mejor humor que pueda, frene las exigencias inadecuadas y controle las situaciones. A veces, es necesario desentenderse un poco del día a día y centrarse en uno mismo para que los árboles nos dejen ver el bosque. Aunque no siempre es fácil.
La cultura actual sigue un modelo competitivo: hay que ser el mejor, ganar mucho dinero, tener un trabajo prestigioso... Este modo de pensar nos suele hundir en un mar de preocupaciones y acabamos siendo infelices al no tener nunca suficiente. ¿Por qué no ver el mundo desde otra perspectiva, con menos ambición material y más sentido de la realidad? Si, con honradez, uno da lo mejor de sí mismo en cada ocasión, no habrá necesidad de perder la calma ni la serenidad ante las situaciones adversas.
Aquí tiene algunas claves para aprender
a no "romperse la cabeza " inútilmente:
Acéptese sin reparos
No es aconsejable vivir sin aceptarse: ése es el núcleo de todas las inquietudes. Si está insatisfecho consigo mismo o con su rendimiento, se preocupará por todo y la vida le parecerá llena de problemas. Pero, en el fondo, el problema es usted.
Admita sus debilidades
La única forma de asumirse es aceptándose tal y como uno es, debilidades y defectos incluidos. De esta forma será consciente de los puntos de su personalidad que debe mejorar y podrá potenciar sus capacidades. Respete sus necesidades, escuche sus emociones y hágase responsable de su propia felicidad.
Ríase de sí mismo
Nadie nos lo ha enseñado, pero no hay duda de que es muy saludable. Saber quitar hierro a los problemas empieza por saber tomarse con humor a uno mismo. Y, además, nos adelantamos a las críticas del prójimo y nos autoprotegemos del daño que pueda hacernos.
Cultive a sus amigos
Sirven de apoyo en los momentos difíciles y lo enriquecen como persona. Pero no son un regalo de la naturaleza: se ganan y se pierden, por lo que hay que cuidarlos como a las plantas de nuestro jardín. Debemos estar con ellos cuando nos necesitan y mimarlos, sin olvidar prestar atención a lo que ellos consideran importante, respetar su forma de ser y aceptar que a veces no quieren hablar de un asunto o prefieren estar solos.
Búsque el lado bueno de las cosas
Desde el análisis y la reflexión puede enfrentar mejor con emotividad y alejarte de la ansiedad. Así, incrementara su capacidad de ser positivo y mirará las cosas desde un punto más analítico y menos sujeto al acaloramiento. Mantenga la cabeza fría: sufrirá menos y será más eficaz. No hay que perder de vista jamás que todas las experiencias, aún las negativas, tienen su lado positivo. Sólo hay que saber encontrarlo.
Libérese de estereotipos
Muchas de nuestras inseguridades se deben a que tendemos a imitar ciertos modelos que nos llegan de afuera. No es aconsejable basar nuestra felicidad en parecernos a nadie: hay que ser uno mismo con todas las fuerzas.
Aprenda a respirar bien
No hay mejor fórmula de relajarse que respirar profunda y rítmicamente. Si practica durante unos minutos cada día la respiración consciente, con el abdomen en lugar de con el pecho, se acostumbrará a tranquilizarse ante una situación conflictiva. Seguro que verá las cosas mucho mejor tras haber hecho esa"desconexión". Es como lo de contar hasta diez antes de gritar o desesperarse. Ante un conflicto, respire profundamente mientras lo analiza en positivo.
Planifique y marque prioridades
Saber planificar, no sólo el trabajo sino también las actividades cotidianas, es una forma de despreocuparse, porque siguiendo los pasos que usted mismo haz señalado gana seguridad y rendimiento. Esto es muy saludable en el inicio de un proceso de crecimiento personal, pues las pautas que se marcan le ayudan a cambiar los malos hábitos.
Mire la vida con optimismo
Desde el momento en que usted se acepta, con sus limitaciones y sus virtudes, se abre hacia la madurez y el optimismo cobra sentido aún sin proponérselo. ¿Recuerda aquello del vaso medio lleno o medio vacío? No lo olvide: siempre esta medio lleno. Y, en todo caso, lo que le interesa es buscar la manera de lograr llenarlo del todo.
Ofrézcase gratificaciones
No se olvide de reservar, en su agenda diaria, un tiempo al ocio y a cultivar las amistades y los afectos. Pasarla bien y relajarse introduce paz y equilibrio en su vida y le ayuda a ver las cosas de forma positiva. Piense que disfrutar y divertirse es incompatible con preocuparse.
Alejar las preocupaciones de su mente no significa que se convierta en un irresponsable. Se trata de no angustiarse ante cada dificultad, sino de tomarlas como una oportunidad para aprender.
Si consigue desconectarse de sus excesivas preocupaciones logrará...
- Evitar que los problemas lleguen a afectar a su autoestima y a agobiarle.
- Analizar la situación desde otra perspectiva: la que le proporciona la lejanía del conflicto.
- Recargar las baterías y enfrentarse a la situación con energías renovadas.