Las Puertas cortafuego son parte fundamental de la protección contra incendios de un edificio. La misión de una puerta cortafuego es compartimentar, retardar la progresión del incendio, permitir la evacuación segura, y facilitar el rescate y la extinción.
Las puertas cortafuego:
Actúan de barrera ante el fuego, retrasando el avance del incendio.
Deben cerrarse autónomamente, tras cada apertura.
Deben realizarse inspecciones periódicas (al menos cada 3 meses) para garantizar que la puerta está operativa.
En la instalación y el mantenimiento de la puerta cortafuego se deben seguir las instrucciones del fabricante.
La empresa de instalación y mantenimiento debe estar certificada y su personal con la cualificación requerida y actualizada.
La puerta cortafuego tiene una vida útil recomendable de 20 años.
Fuente: Tecnifuego-aespi.org