Introduccion:
“Somos lo que hacemos día a día, de modo que la excelencia no es un acto sino un hábito”. Aristóteles.
El Best Seller de Steven Covey, Los 7 Hábitos de las Personas Altamente Efectivas, ha sido el promotor de cambios significativos, no sólo personales sino organizacionales a nivel mundial. De allí que, se busque constantemente su aplicación en las distintas áreas que afectan la calidad y productividad de las empresas. Así pues, el presente artículo que tomará como base las teorías de este autor, pretende mostrar un enfoque orientado a la búsqueda de la sostenibilidad y mejora continua de la gestión preventiva, con el fin de desarrollar una cultura organizacional en pro del bienestar físico, mental y social de todos sus integrantes.
De los hábitos y su aplicación
Cuando se habla de hábitos, básicamente se hace referencia a esa serie de actividades o comportamientos que se realizan de modo repetitivo, sean conscientes o inconscientemente.
Para nuestros fines, definiremos el hábito como “una intersección de conocimiento, capacidad y deseo. El conocimiento es el paradigma teórico, el qué hacer y el por qué, la capacidad es el cómo hacer. Y el deseo es la motivación, el querer hacer. Para convertir algo en un hábito de nuestra vida, necesitamos esos tres elementos”.
Así pues, cuando el objetivo es desarrollar una cultura de prevención en materia de Salud y Seguridad en el Trabajo, se necesita que todos los miembros de la organización generen en sí mismos hábitos que les permitan resguardar su bienestar físico, mental y social, así como convertirse en un “ente multiplicador” de este estilo de vida.
Y es entonces donde surge el reto: ¿Cómo lograrlo? Emplearemos las estrategias recomendadas en la filosofía de Covey para desarrollar hábitos en las personas que les permitan participar efectivamente de los Sistemas de Gestión Preventiva en las distintas organizaciones en las que se desempeñen.
“Es necesario internalizar que para tener relaciones interpersonales eficaces, es primordial sentirse bien con uno mismo, ser exitoso en la vida privada”. De allí la importancia de los tres primeros hábitos: ser proactivo, empezar con el fin en la mente y “primero lo primero”.
Hábito 1. Ser proactivo
El primer paso está relacionado con ser proactivo, para lo cual es necesario desarrollar la confianza y seguridad en sí mismos así como conocer el potencial propio. Asimismo, ser proactivo va mucho más allá de tener iniciativa, se debe tener sentido de responsabilidad sobre los alcances y las repercusiones de cada acto que se ejecuta.
No obstante, no se puede confundir tener iniciativa con la de realizar actos inseguros, lo cual ocurre cuando se aventura a hacer cosas para las cuales no se tiene conocimiento o habilidades y la persona termina poniéndose en riesgo, a sí mismo como a los demás.
Hábito 2. Empezar con el fin en la mente
Por su parte, el segundo hábito está relacionado a empezar con el fin en la mente, es decir, a fijar objetivos y metas claras, definir hacia dónde se quiere llegar y para ello, por supuesto, es necesario conocer dónde está el punto de partida. Así pues, el autoconocimiento cumple un papel fundamental, en vista de que periódicamente se debe realizar un proceso de análisis introspectivo, en el cual se identifiquen las fortalezas y debilidades presentes y cómo éstas interfieren en los planes que se desean desarrollar.
Si el objetivo inicial es desarrollar una cultura de prevención, entonces iniciar con un diagnóstico o análisis de brecha, permitirá indagar sobre los factores que han venido influenciando el comportamiento organizacional y lo han desviado de los principios de promoción de la salud y seguridad. Seguidamente, definir los objetivos a lograr así como la metodología para alcanzarlos y por último, establecer canales para difundirlos y conseguir que el resto del personal lo internalice y comparta.
Hábito 3. Primero lo primero
Al “poner primero lo primero”, se desarrolla el hábito de la planificación y el manejo del tiempo eficaz, evitar que las cosas lleguen a su fecha tope, priorizar las actividades. Por tanto, para implementar un Programa de Seguridad y Salud en el Trabajo se debe realizar una evaluación de los requerimientos legales y organizacionales, con el fin de establecer las actividades a implementar en base a los recursos materiales y de información disponibles.
“Con el segundo grupo de hábitos, hacemos eficaces nuestro comportamiento social y las actividades de la vida pública. De esta manera se presentan las herramientas de ganar/ganar, procure primero comprender, luego ser comprendido y sinergice”.
Hábito 4. Ganar-ganar
La intención del ganar/ganar es el beneficio mutuo, buscar el equilibrio entre los deseos y necesidades propios como los de los demás. A la hora de enfocarse en la gestión preventiva, debe promoverse la participación de la totalidad de los miembros de la organización. De allí que investigar sobre las expectativas, necesidades y requerimientos de los trabajadores, proveedores y clientes facilitará diseñar una estrategia en la que todos se vean beneficiados.
Hábito 5. Primero comprender y luego ser comprendido
Por otra parte, cuando hablamos de primero comprender para luego ser comprendidos, nos invita a ponernos en “los zapatos de los otros”. Es necesario tener la mente abierta a lo que ocurre a nuestro alrededor, y cómo las diversas situaciones afectan a otras personas aparte de nosotros.
Hábito 6. Sinergia
El hábito de la sinergia es necesario para convivir en sociedad, en la familia, con los amigos y allegados en las relaciones laborales. De allí que existe una necesidad que parte de la naturaleza humana del trabajo en equipo eficaz, sobre todo considerando que es en el trabajo donde se pasa la mayor parte del tiempo.
En el desarrollo de una cultura preventiva, fomentar equipos funcionales que sean cohesivos, cuyas relaciones interpersonales sean sanas, donde cada integrante se preocupe por el bienestar del resto es fundamental. Por tanto, se deben planear actividades que promuevan un clima organizacional positivo, donde enfrentar responsabilidades asociadas a la seguridad no se considere como “una carga” o bien una “tarea adicional”, sino por el contrario, estén implícitas en el quehacer diario.
Hábito 7. Afilar la Sierra
Por último y no menos importante, es vital el hábito de la mejora continua. El hábito de “afilar la sierra” debe ser parte de las actividades diarias y para ello es necesaria la auto-motivación. Así pues, conocerse y valorarse a sí mismo, conocer lo que se desea alcanzar y sobretodo establecer el cómo hacerlo; comprender que la vida misma, así como todo proceso, puede ser mejorada.
La mejora continua implica desarrollo de competencias, desde la formación, la experiencia y las actitudes ante las distintas situaciones que se presentan. Cada persona debe buscar un equilibrio entre sus actividades individuales y las sociales, no se puede olvidar que el crecimiento no solo puede ser emocional, intelectual y/o profesional, también se deben buscar mejoras y mantenerse en equilibrio cuerpo y espíritu.
Lograr que el personal internalice una cultura preventiva, implica realizar un estudio de las competencias que son necesarias dentro de cada organización, dependiendo del sector de la industria al cual pertenece y en función de eso, diseñar una estrategia de formación que permita que el capital humano se desarrolle de forma integral.
Rol de la gerencia
La gerencia para obtener lo mejor de su equipo, tiene que promover el desarrollo individual de cada integrante, es decir, lograr que cada uno de estos establezca hábitos orientados a la gestión preventiva. Para ello se recomienda, entre otras cosas:
* Fomentar valores y principios de respeto a la vida.
* Darle a la seguridad la importancia que se merece y por ende, destinar el tiempo, recursos y capital humano que se necesiten para lograrlo.
* Dar el ejemplo, no se puede “asignar” normas para el trabajo seguro, cuando es precisamente quien dirige, quien no las cumple.
* Mantenerse en constante actualización y formación.
* Participar activamente con los equipos de trabajo.
* Indagar qué están haciendo las empresas que están logrando sus objetivos en salud y seguridad.
Autor: Ariana Rivas. Ingeniera Química. Especialización en Gerencia de la Calidad y Productividad. Área de Postgrado de FACES. Universidad de Carabobo. Venezuela.
Referencias bibliográficas
• Asociación de las Naciones Unidas en Venezuela – ANUV (2008).Diplomado en Inteligencia Emocional.
• Covey, Steven (1997). Los 7 hábitos de las personas altamente efectivas. Ediciones Paidos Ibérica, SA.
• Rivas (2012). La seguridad laboral comienza en casa. Documento en línea.
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